Y llega el gran momento, ese que llevas esperando con ilusión desde
que empiezas la carrera, eso que se escucha por los pasillos de la facultad y
por lo que te envidian estudiantes de 2º de medicina que siguen teniendo que
estudiar columnas de apuntes (y me quedo corta), llega el periodo de "enfermera en prácticas".
Para haceros una idea de lo importante que es el primer día
de prácticas deberíais saber que cada vez que un alumno de primero mantiene una
conversación, por mínima que sea, con un estudiante de enfermería de cursos más
avanzados, las dos preguntas imprescindibles son: ¿Cómo son los exámenes de (insertar
asignatura o profesor)? y preguntar por las prácticas (ya sea por el primer
día, por qué se hace, si te tratan bien, si te dejan hacer cosas, y un largo
etc.).
Así que, como nosotras no íbamos a ser menos, nos fuimos
informamos a lo largo del curso, y lo que se rumoreaba no era malo. Se dice que
las enfermeras son majas y que no sólo vas a estar mirando lo que ella hace o
que, por el contrario, no harás todo su trabajo. Pero aunque es todo lo que un estudiante
de enfermería quiere y desea, los nervios primerizos no se te van.
Llegado el día, te despiertas temprano para no llegar tarde
(cosa imposible, teniendo en cuenta que si no te pierdes de camino al hospital,
te pierdes dentro de él buscando, en mi caso, consultas externas o medicina preventiva),
y tienes intenciones de prepararte un buen desayuno para no desfallecer en toda
la mañana, aunque siendo realistas ni te da tiempo a hacerlo, ni tienes ansias
de comer nada a semejantes horas de la mañana. Finalmente, cuando por fin estás
en el sitio correcto a una hora más o menos decente, tienes esa ilusión y esas
ganas de querer hacer algo productivo esa mañana, pero te lo adelanto, la cosa
más interesante que harás será como mucho abrir paquetes de gasas.
La verdad es
que no quiero desanimaros, ya que no todo es así de malo, las cosas cambiarán
en los próximos días en cuanto la confianza aumente, tú te vayas interesando
por cosas, y las enfermeras vean que pueden estar seguras de que no harás
ninguna tontería (o que por lo menos lo harás lo mejor que puedas), así que, resumiendo, tu vida se irá volviendo un poco más feliz.