Niños y niñas, chicos y chicas, adolescentes maduros e inmaduros, adultos de verdad o aquellos que todavía se creen niños, señores y señoras hemos llegado al fin de este blog que, como ya comenté anteriormente en otra entrada, se ha convertido en algo más que un trabajo de clase. Como se acaban ya las prácticas el martes, también se acaban las anécdotas, se acaban todos esos buenos momentos que he pasado junto a mis compañeros, junto algunas enfermeras las cuales me han enseñado mucho, junto a esos pacientes/acompañantes que me han robado un pedazo de mi alma.
Llega la Navidad, una época supuestamente feliz, y digo supuestamente porque realmente no vemos lo que pasa en el mundo. Que mientras nosotros cenamos con nuestras familias, otros están durmiendo en la calle, otros trabajando y otros ingresados en el hospital... Así que solo pido que nos acordemos de toda esa gente, aunque sea por un momentito, que hoy a 20 de diciembre está todo el mundo pendiente de quién gobernará España (gobierne quien lo gobierne... esperemos que lo haga bien), pero tampoco voy a meterme en temas de política, porque no es lo que os quería pedir. Solo que os acordéis de esas personas que no tienen tanta suerte de estar en sus casas por cualquier motivo o de esas que ni la tienen. Recordaros que no os agobiéis, que ahora viene la época de exámenes y hay que confiar en que se puede, chicos. Siempre recordaré aquellas clases en las que nos decían que no dijéramos delante de los pacientes que era la primera vez que hacíamos tal cosa... Yo creo que realmente al paciente le da igual. A mí que me dijeran tantas veces eso realmente me sirvió para una cosa: para creérmelo. Yo llegué al hospital pensando que ya había pinchado más veces, que había retirado mil sondas vesicales antes o que ya había realizado gasometrías a 20 personas anteriormente. Que el poder de convicción de "yo sé que puedo con esto" existe y realmente sirve de mucho.
Y ya para despedirme, mucha suerte a todos, en vuestras carreras, en vuestros trabajos, en todo. Espero de veras que hayáis aprendido algo de lo que realmente es la enfermería y también que hayáis disfrutado de las miles de vivencias que, como podéis comprobar, se pueden llegar a dar en un hospital.
Un saludo y hasta siempre.
Firmado: Esther.
PD: Si en las próximas prácticas ocurren cosas nuevas o anécdotas graciosas que contar, no dudéis que las plasmaré aquí, así que... seguiremos en contacto.