sábado, 28 de noviembre de 2015

Ni en el hospital estás a salvo...

¡Ya es fin de semana! El tiempo empieza a pasar rápido otra vez, y hasta da pena pensar que ya llevamos 2 semanas de prácticas y solo nos quedan otras 3.


Hoy os voy a hablar de la importancia de la higiene en el ámbito sanitario. Sí, lo sé, suena muy aburrido, pero esta semana me he dado cuenta de la cantidad de enfermedades que se cogen en el hospital por culpa del contacto entre pacientes, enfermeros, médicos, auxiliares, familiares, e incluso personal de limpieza. Todo esto viene a que de 6 habitaciones que llevo, 3 pacientes son aislados.

Las enfermedades hospitalarias o nosocomiales son aquellas que contrae un paciente durante su estancia en el hospital, en el que ingresa por alguna otra razón. Según estadísticas de la OMS, aproximadamente el 8,7% de los pacientes de un hospital presentan este tipo de infecciones. Las más habituales son las causadas por heridas quirúrgicas, las relacionadas con el uso de sondas vesicales, las de tráquea y bronquios, y las asociadas al uso de catéteres... es decir, todas aquellas producidas por un tratamiento invasivo. Aún así, lo más habitual es que ocurra en aquellos pacientes que son más débiles, como los inmunodeprimidos, personas mayores o recién nacidos.

Estas enfermedades suelen ser muy peligrosas porque son difíciles de tratar, ya que estos patógenos al sobrevivir en el hospital se hacen resistentes a muchos antibióticos. Algunos de los más comunes son los siguientes (es probable que algunos ya os suenen): bacterias como la 'Klebsiella pneumoniae', la 'Escherichia coli', la 'Pseudomonas aeruginosa', o el 'Staphylococcu aureus', hongos como la 'Candida albicans' y el 'Aspergillus spp', y virus como el Virus sincitial respiratorio y el Rotavirus.

La mayoría de estas enfermedades se transmiten por contacto, es decir, a través de las manos y por gotas respiratorias, que pueden alcanzar pocos metros. También pueden transmitirse de manera feco-oral, a través de vectores (pequeños artrópodos por ejemplo), por el aire, o a través de la sangre.

La forma en la que más habitualmente se transmiten las enfermedades es a través de las manos, por eso se insiste mucho en esto, tanto en la facultad como en el hospital (ya solo de las 6 habitaciones que llevo, 3 pacientes son aislados por contacto).
Ya os explicarán en qué momentos es necesario lavarse las manos, pero básicamente se resume en esta imagen: 





El problema es que en la teoría es muy bonito, pero en la práctica esto es imposible. Puedes hacer todo esto y acabar con las manos más secas que la mojama, y aún así no estar libre de peligro, porque cualquier familiar toca al paciente, después la barandilla de la cama, luego va al baño, abre la puerta, va al pasillo, se apoya en el mostrador de la entrada... es un ejemplo. Lo mismo pasa con quienes no se quitan los guantes en ningún momento porque piensan que así están protegidos de todo (a los dos minutos los guantes empiezan a ser porosos y es como si no llevases nada) y tocan algo con los que acaban de usar con el paciente. 

En resumen, tened cuidado, pero no os volváis unos maniáticos de la limpieza ni seáis hipocondríacos. Nunca estamos libres de peligro, pero basta con ser cuidadosos.