jueves, 10 de diciembre de 2015

Bisturí y a lo loco

Por si aún no se os ha revuelto mucho el estómago, seguiré hablando de ostomías, que estos días es lo que toca. Pero tranquilos que no habrá muchas entradas más, ya que a pesar de ser un tema interesante (sí, después de una semana allí te acaba interesando y todo, que no es lo mismo que gustar) es un tanto repetitivo, así que me dará para una o un par de entradas más.


Resulta importante conocer también algún tipo de operación quirúrgica para entender un poco el porqué de la ostomía, así que hoy os introduciré en el mágico mundo de las operaciones (algunas si que parecen verdaderos milagros).

Lo más común en cuanto a las urostomías (o por lo menos la semana que estuve yo allí), son las ureteroileostomía tipo Bricker, que suelen llevarse a cabo después de una extracción de vejiga. Consisten en aislar primero un trozo de intestino delgado y limpiarlo, para luego unirlo a los uréteres, convirtiéndose así en la salida de la orina al exterior. Finalmente se reconstruye de nuevo el resto del intestino delgado para que siga realizando sus funciones.

Antes de comenzar a hablar de las demás intervenciones, hay que tener clara una cosa: si existe un tumor (o algo que se debe extirpar) en el recto o a menos de 4 cm de él, este órgano se debe extraer; sin embargo si supera los 4 cm de proximidad no es necesaria su extracción y puede volver a ser unido con e intestino grueso pasado el tiempo de recuperación.

Sabiendo eso, en primer lugar está la amputación abdominoperineal o intervención de Miles, consistente en la extirpación de la parte final del colon, del ano y del recto (de la que os hablaba antes). Por lo que el resultado será una colostomía permanente.


Luego tenemos la intervención de Hartmann, que es el procedimiento quirúrgico que elimina la sección afectada del intestino grueso cuando ésta supera los 4 cm de distancia al recto. El recto se conserva por lo tanto y puede volver a ser unido luego de un período suficiente de recuperación, por lo tanto se realiza una colostomía provisional.


Después viene la resección anterior baja de recto, que es parecida a la de Hartmann pero en ella sólo se extrae la parte dañada del recto, no del intestino grueso. Luego se suturan los extremos y se realiza una ileostomía, una abertura en el intestino delgado, en la parte en la que se une al grueso, para así dejar reposar y sanar bien a la parte recién unida y evitar futuras complicaciones. Es lo que se llama ileostomía provisional.
Finalmente, hablar de la colectomía total, en la cual se extirpa el intestino grueso completo. Como el recto permanece en el cuerpo, es posible unirlo al intestino delgado unos meses después de la operación. Mientras tanto lo que se realiza es una ileostomía provisional.


Existen más operaciones, técnica y demás que se realizan, pero no es mi intención que dejéis de leer el blog, así que creo que con estas es más que suficiente.