Siempre nos dijeron desde pequeños que hay que comer con cuchillo y tenedor (o en tal caso cuchara) y no con las manos, pero os traigo aquí una nueva forma de alimentación, mucho más fácil y rápida (lo de cómoda ya no puedo decirlo): la sonda nasogástrica.
Como bien os explica el vídeo, el material necesario es:
- Una sonda
- Lubricante
- Agua
- Jeringa y fonendo
- Guantes y esparadrapo
- Solución fisiológica
Con el paciente erguido, se mide la sonda desde la nariz, pasando por detrás de oreja y hasta el apéndice xifoides. Entonces hacemos una marca ahí. Lubricamos la sonda y empezamos a introducir. Mandamos al paciente que vaya tragando (saliva, agua...) para ayudar el paso de la sonda por el esófago. Una vez llegamos a la marca, colocamos el fonendo en el apéndice xifoides y con la jeringa introducimos aire. Si se escucha como un gorgoteo, es que está bien situada, sino hay que volver a intentar introducir la sonda. En el caso de que ya estuviera ahí, fijamos la sonda y la conectamos al sistema de alimentación.