Últimamente, están de moda los hemocultivos. hacemos como dos por día. Se trata de un cultivo microbiológico de sangre para comprobar si hay bacterias u otros microorganismos patógenos.
Primero debemos limpiar la zona de punción con un antiséptico, para evitar que posibles bacterias que se encuentren sobre la piel infecten la muestra. Básicamente, es hacer lo mismo que con una analítica, solo cambian los botes de recogida. Primero hay que rellenar el anaerobio (ausencia de oxígeno) y luego el aerobio (presencia de oxígeno). En un adulto, se recogerán 8-10 mL, mientras que en un niño 1-4 mL. Al tener ya esos dos botes, hay que realizar un segundo pinchazo en una vena diferente o mismo en el otro brazo y repetimos el proceso. Una vez terminado, se coloca un apósito en el lugar de punción y se le presiona un rato.
Con las muestras ya tomadas, identificaremos ambos pares de botes con el nombre del paciente, la hora y la fecha, así como marcar cuáles fueron los primeros que se retiraron y cuáles los segundos. Una vez esté todo listo, se envía a laboratorio.
Los hemocultivos nos ayudan a identificar el agente patógeno causante de la infección, lo cual ayuda para determinar el mejor tratamiento para ese paciente.
Bibliografía:
http://enfermeriapractica.com/procedimientos/extraccion-de-hemocultivos
https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/003744.htm