Me da mucha pena despedirme de todo. No sólo del hospital, de los pacientes, de las enfermeras (sólo algunas, para qué mentiros), sino también de la rutina a la que me estaba acostumbrando, porque se va creando un ambiente que empieza a formar parte de ti.
Haces parte de ti el terminar rápido de pasar controles y repartir la medicación para pasar visita con los médicos. Haces parte de ti los descansos en los que conocías más a tus compañeras, y ellas a ti, y pasaron de ser conocidas a ser amigas. Haces parte de ti los momentos de la mañana en los que no había nada que hacer y sometías al tercer grado a las enfermeras novatas sobre cómo llegaron hasta allí. Haces parte de ti el conocer los trapos sucios que existen entre enfermeras, supervisora y médicos. Haces parte de ti robar chucherías del armario del control. Haces parte de ti a esa gente, que viene y se va, y a los que se tienen que quedar más tiempo.
Haces parte de ti ser enfermera.
No sé cómo seré de aquí a unos años, no sé si cuando lleve diez o veinte años trabajando seguiré con las mismas ganas que ahora, pero ojalá sea así, porque disfrutar con lo que haces es lo más bonito que existe y ojalá todo el mundo pudiera disfrutar de este privilegio.
Espero que este blog os haya servido para algo, y si no, que por lo menos os entretuvieseis leyendo nuestras historias. Me alegro de haber compartido con vosotros esta experiencia.
Gracias por todo y feliz navidad!
Haces parte de ti ser enfermera.
No sé cómo seré de aquí a unos años, no sé si cuando lleve diez o veinte años trabajando seguiré con las mismas ganas que ahora, pero ojalá sea así, porque disfrutar con lo que haces es lo más bonito que existe y ojalá todo el mundo pudiera disfrutar de este privilegio.
Espero que este blog os haya servido para algo, y si no, que por lo menos os entretuvieseis leyendo nuestras historias. Me alegro de haber compartido con vosotros esta experiencia.
Gracias por todo y feliz navidad!