jueves, 26 de noviembre de 2015

Love actually

Cuando nos hablan de amor todos pensamos en esa imagen empalagosa de dos jóvenes pegajosos que te recuerda al sabor de una mousse de 3 chocolates, a esa película de Disney Channel, al día de San Valentín...
El amor tiene un lado fundamentalmente bueno, pero también tiene un lado malo.
Hablo de ese mal vivir que te da querer a alguien y que eso te haga a ti sufrir, sentir dolor e impotencia.
Yo me paso la mañana haciendo las prácticas en la unidad de cuidados paliativos. Puede llegar a ser muy deprimente y no he dejado de mostrar mi opinión al respecto en múltiples ocasiones.
Pero hay personas que pasan allí mucho más tiempo. Muchísimo más. No son auxiliares, médicos ni farmacéuticos.
Son las familias.
Muchas veces hemos oído eso de "en la salud y en la enfermedad", pero es realmente duro estar en esos momentos difíciles con alguien a quien quieres. Tú te imaginas en esa misma situación con tus padres, tus hermanos o tus mejores amigos y solo la simple idea hace que se te forme un nudo en la garganta y se te oprima el pecho.
Hay familiares que ya están allí durmiendo cuando paso yo a tomar controles a las 8 de la mañana (que un día de estos me lanzan un zapato a la cabeza), y siguen allí cuando me voy a las 3 (hora más, hora menos). No salen del pasillo ni para comer, es una cosa alucinante.
Pasarte las 24 horas de todos tus días viendo a un ser querido en sus últimos momentos, que casi no puede ni reconocerte. Eso sí que es amor.

Pero en esos momentos tan complicados los familiares también sufren ciertas transformaciones, y (siempre dentro del cariño, espero) se convierten en un tipo específico de familiar. De estos tipos voy a hablaros:

  • Realista: este se ha leído la wikipedia para entender lo que le pasa a su familiar, y tiene bastante claro lo que hay. No se espera nada del otro mundo y sabe cual va a ser la evolución. Sin milagros. Sin sorpresas. Lo bueno es que ya no lo vive como un drama pero a veces se desespera.
  • Pesimista: se parece al realista, pero tiene un toque particular. También entiende la situación que tiene su familiar. Más o menos. Pero se adelanta a los comentarios médicos que con mucho tacto buscan dar ánimos a la familia, y se lanzan a averiguar si hay algo, lo que sea, que pueda hacer que el proceso se esté alargando, aplazando la inevitable muerte. Y si lo hay, que se lo quiten. Entiendo que lo que buscan es saber si es posible acabar con el sufrimiento y llegar al final. Siempre desde el cariño. Espero.
  • Ausente: en las 7 horas (que sí, que son 7) que te pasas allí nunca has visto nadie acompañando a ese paciente. Alguien te dice que una vez había alguien pero no te lo crees. Es un poco triste, como que lo dejan allí abandonado y a lo mejor no aparecen ni para el alta... Un día mágicamente te los encuentras al pasar visita, y a lo mejor no tienen ni idea de la situación del familiar. 
    Este es el sillón del acompañante. Si es que hay sillón.

  • Paciente: este en un caso muy curioso de familiar. Tú entras en la habitación para ver como esta el paciente. Pero en tu inmensa ignorancia e inexperiencia no te has dado cuenta de que el verdadero paciente es el familiar. Desde el minuto 0 te comenta sus múltiples y numerosos dolores, como pasan de él en atención primaria o como tiene que soportar unas condiciones nefastas mientras acompaña a su familiar en ese hotel de lujo al que llaman unidad de paliativos. Tú te quedas tan descolocado que no sabes si reír o llorar. Piensas que puede ser una broma de cámara oculta, pero la seriedad del familiar mientras te comenta sus males es real. Acabas todo lo que tienes que hacer y mientras cierras la puerta te sigue hablando de sus traumas y dolencias. Llegas a dudar sobre si hacer un anexo a la historia clínica del paciente para hablar sobre el familiar.
  • Portero: este familiar es consciente de la situación del paciente. Y además suele darse el caso de que este pasa casi la totalidad del día sedado dormido. Y está en una habitación individual, así que claro, se acaba aburriendo. Hasta tal punto que se posiciona delante de su puerta para que en el caso de que algún ser vivo pase por delante pueda atraparlo con sus redes bajo la apariencia de un familiar triste y compungido. Le da igual que sea un médico pasando visita, un enfermero con morfina en la mano, una auxiliar cargada de cosas... Una vez te ha capturado tienes para unos 20 minutos. Y lo más curioso es que probablemente te hable de casi cualquier cosa menos de su familiar moribundo. En el caso de que se encuentre el pasillo desierto puede llegar a vérselo visitando habitaciones de vecinos para ver como les va la cosa. Me parece una buena forma de pasar el rato.
  • Turista: hay un tipo muy curioso que se toma la hospitalización de su familiar como una aventura de la que disfrutar. Y ni cortos ni perezosos se establecen en la habitación como campistas. Que pasas a tomar los controles de la mañana y cuando te vas están más dormidos que cuando llegaste, mientras el paciente se queja continuamente de dolor sin haber pegado ojo en toda la noche. Tienen allí un petate que no te lo llevas tú ni para una semana en Gandía. Y pueden llegar a extender su territorio hasta el pasillo, donde mantienen largas conversaciones telefónicas comentando como va todo, dignas de "hola mamá, todo bien. Las comidas bien. Sí, también dormimos bien (al menos yo)" típicas de un niño de primaria llamando a sus padres en una excursión. Que, y esto es lo más llamativo, tienen hasta zapatillas de casa. ¿Como os quedáis?

  • La conexión funciona hasta cuando los dos están dormidos.
    Tele(m)pático: este familiar tiene unos poderes telequinéticos asombrosos. Todavía espero que algún día venga Iker Jiménez a hacer allí un programa especial y nos entreviste a todos. El paciente al que acompaña está dormido no, lo siguiente. Sus ronquidos se escuchan en todo el pasillo y tú te mueres de envidia, que ya te molaba a ti dormir así de bien. Pero él te avisa diciendo que tiene mucho dolor. Tú vas allí y le preguntas, claro: "¿pero te lo ha dicho él?". La respuesta es una aproximación a "no, pero se le ve en la cara". Yo no sé que ve esa gente en las caras para detectar dolor, yo solo veo la baba que les va cayendo por la boca de lo dormidos que están. Pero, ¡ay pobre de ti como les ignores! Que si dicen que le duele, es que le duele, así que al final tienes que darles calmantes. Motivo: "complacencia familiar".
  • Amante: pues más explícito imposible. Esta allí para satisfacer todos y cada uno de los deseos del paciente. Sí, TODOS los deseos del paciente. Desde que necesita pañuelos, hasta que le pica en determinadas partes. Algunos acompañantes merecen un plus de peligrosidad (esas camas son muy inestables). Ahí lo dejo.

Muchos son los tipos de familiares que te puedes encontrar. Todos con sus particularidades y sus problemas, pero todos están ahí por una razón, y es ayudar y acompañar a aquellas personas que más les importan en momentos que no son agradables para nadie.
Son momentos en los que estar ahí cuenta, y mucho.
Continuará...(?)