miércoles, 25 de noviembre de 2015

Querido fin de semana: estás tardando en llegar.

Tengo muy presente que aún es miércoles, que faltan otros dos días para volver al esperado descanso del fin de semana (que para ser sinceros, a mucho no llega). Pero se merece ser mencionado por lo menos en alguna entrada.

Aunque al principio me quejaba de estar solo mirando, una vez que empiezas a aprender a hacer las cosas y te dejan sola te acabas cansando. La verdad es que no es nada malo, ya que al final de la jornada sientes que hiciste algo productivo y estás mucho más animada, a pesar de que estés empapada en sudor, de que el yeso te llegue a todos lados, con algo de betadine de alguna gasa y, sobre todo, con muchísimo sueño y cansancio acumulado (y algunas veces también con ganas de acabar de una vez con algún paciente insufrible que tiene que volver 3 días después).


Llegado este punto de la semana, no sabes si reír o llorar, si pensar que aun queda mucho o que ya llevas la mitad (algo así como el vaso medio lleno o medio vacío)...Sea como sea, hay una cosa en la que todo el mundo piensa aunque no lo diga, el fin de semana. Vas planeando que harás, con quien quedarás, a donde iréis, etc. Todo eso para finalmente quedarte en casa durmiendo las horas perdidas y saliendo solamente un poco el sábado para diferenciar unos días de otros, pero sobre todo, porque te van a buscar y a sacar de tu casa, que el teléfono ya lo apagaste a la quinta llamada.

A pesar de todo, luego de todo este tiempo en prácticas, te das cuenta de que cuando te dicen que enfermería es la profesión más bonita del mundo, tienen razón, porque tú ya no ves tu vida igual sin que alguien salga dándote las gracias por todo, sin distraer a un niño y hacerlo reír mientras otra enfermera le quita las vendas, e incluso, sin toda esa gente que tiene mil historias que contarte y que debes guardar. Así que debemos ser felices o, por lo menos intentar poner buena cara a pesar del madrugón, y esperar ansiosos ese fin de semana en el que podremos relajarnos, disfrutar, y dejar a un lado el mundo hospitalario, que buena falta hace de vez en cuando.