martes, 15 de diciembre de 2015

Higiene bucal y aspiración de secreciones

Como os comentaba antes, hay cosas de nuestro trabajo que no son agradables. A lo largo de las prácticas, y de tu vida laboral si te dedicas a esto, verás a multitud de enfermeras de todo tipo: aquellas que evitan a toda costa realizar este tipo de cuidados a no ser que sea totalmente necesario, aquellas que disfrutan con su trabajo y se esmeran en todo lo que hacen, aquellas que aunque en la vida diaria no son demasiado agradables tratan muy bien a los pacientes, y al contrario, aquellas que son muy agradables pero pasan un poco en algunas cosas... de todo, vamos.
Hago esta introducción porque hay días que realizo ciertos cuidados y días en los que no, dependiendo de la enfermera que me toque o de si es necesario.

Una de las cosas que hacemos casi diariamente es limpiarles la boca y aspirar las secreciones a los pacientes en coma o que no se pueden valer por sí mismos, porque las secreciones se acumulan y ellos no son capaces de eliminarlas mediante tos o expectoración. En este momento en realidad sólo tengo a dos pacientes así. 

Para limpiarles la boca se utilizan gasas, una pinzas Kocher de plástico y clorhexidina especial para la boca, que viene siendo un enjuague bucal. Con las tijeras se sujeta la gasa previamente empapada en este líquido rojo y se pasa por los dientes, el paladar, la lengua... incluso en los labios, porque en los pacientes que tienen respirador estos se secan mucho y se forman pieles que quedan sueltas. A estos pacientes también se les echa vaselina para hidratar los labios y que no se resequen tanto.














La aspiración se hace a través de una máquina de aspiración que tienen los pacientes al lado de la cama. Este equipo está formado por un compresor que hace vacío, y que succiona hacia una botella de recogida. Tiene un manómetro con un regulador que indica la presión a la que succiona, y un tubo que se acopla al catéter de succión. Este catéter tiene un orificio de ventilación que se tiene que tapar con el dedo para que succione (sería más o menos como una aspiradora).


Si antes decíamos que poner un enema era desagradable por el olor, este proceso es desagradable por el sonido. Además de que muchas veces a estos pacientes les dan arcadas por la presencia del tubo en la garganta. 


Este es el catéter que se uniría a la máquina, con su orificio de ventilación
Imagen del Hospital Meixoeiro de Vigo
Imagen del Hospital Meixoeiro de Vigo