domingo, 6 de diciembre de 2015

Si no lo veo, no lo creo.

Estamos de vacaciones!! (sólo son 4 días de puente, pero cómo se agradecen).

Es curioso cómo algo empieza a formar parte de tu vida en tan poco tiempo. Llevamos solamente 3 semanas de prácticas y se ha convertido en rutina, y no lo digo en el mal sentido de la palabra, sino en que es muy fácil acostumbrarse. Hay que hacer ciertos sacrificios, acostarse temprano, madrugar... Los jueves han pasado de ser los días de fiesta a ser los días de cena tranquilita hasta las 12, creo que podréis haceros una idea con esta conversación en la que invitábamos a unos amigos a cenar:



Sí, bastante triste, lo sé.

En fin, yo os iba a hablar de lo mucho que me impactó un caso que he vivido, en el que los médicos descubrieron un tumor cerebral con el TAC de un paciente que se había caído y se había dado un golpe en la cabeza. El TAC se hizo para ver si el golpe había causado algún daño cerebral, pero las casualidades de la vida hicieron que gracias a ese golpe se descubriera ese tumor. Tal vez en otras circunstancias no se habría descubierto hasta mucho tiempo después, cuando comenzasen a aparecer los síntomas y puede que fuese ya demasiado tarde.
A mí estas cosas personalmente me asustan, el pensar que estás sano y que de repente descubras que no lo estás, y que lo averigües no por tener los síntomas de la enfermedad, que dándose así el caso aún puedes esperarte algo, sino porque estés buscando otra cosa...
Con este tipo de casos, no me extraña que haya tanta gente hipocondríaca en el mundo.