miércoles, 9 de diciembre de 2015

Renovación de plantilla

Me encanta cuando llego al hospital y me renuevan toda la plantilla de pacientes que tenía. Solo me perduraron dos y uno de ellos se iba de alta hoy. Es lo que pasa cuando no pisas el hospital durante 4 días, que todo cambia. Nuevos pacientes, nuevos tratos, nuevas anécdotas. Aunque hoy no fue precisamente un día de anécdotas, más bien fue un día de curas. Todos estos pacientes que me vinieron nuevos vienen mazados, muy mazados. Úlceras por doquier. Uno de ellos tenía hasta tres. Otro nos enteramos más tarde de que tenía otra en la espalda... Las úlceras tomaron el control de nuestros pacientes y es en ese momento cuando te sientes desbordada, porque todos vienen a por ti a preguntarte cuándo les harás las curas. Tú sonríes y sueltas el típico "ya venimos ahora, eh". Digo el típico porque todos sabemos que cuando dices "ahora", ese ahora puede durar quince minutos, media hora, o más. Depende de cuántas úlceras nuevas vayas descubriendo por el camino antes de llegar a ese último paciente, que por casualidad es el más impaciente. 
Yo os explicaría cómo fuimos haciendo las curas, pero la verdad es que fueron tantas esta vez que no me acuerdo de ninguna. Algunas eran pequeñas, porque bien o ya se iban curando o iban creciendo, y otras algo más graves. El método de curación lo pauta el médico y luego las enfermeras lo aplicamos. Eso si es que el médico lo pauta, sino te lo inventas (te lo inventas obviamente con tus propios conocimientos que la experiencia en ese trabajo te ha regalado). 


Pero eso sí, tú veas lo que veas o pase lo que te pase en un hospital, siempre vas a pensar: