domingo, 20 de diciembre de 2015

La despedida

Me da mucha pena despedirme de todo. No sólo del hospital, de los pacientes, de las enfermeras (sólo algunas, para qué mentiros), sino también de la rutina a la que me estaba acostumbrando, porque se va creando un ambiente que empieza a formar parte de ti.
Haces parte de ti el terminar rápido de pasar controles y repartir la medicación para pasar visita con los médicos. Haces parte de ti los descansos en los que conocías más a tus compañeras, y ellas a ti, y pasaron de ser conocidas a ser amigas. Haces parte de ti los momentos de la mañana en los que no había nada que hacer y sometías al tercer grado a las enfermeras novatas sobre cómo llegaron hasta allí. Haces parte de ti el conocer los trapos sucios que existen entre enfermeras, supervisora y médicos. Haces parte de ti robar chucherías del armario del control. Haces parte de ti a esa gente, que viene y se va, y a los que se tienen que quedar más tiempo.
Haces parte de ti ser enfermera.

No sé cómo seré de aquí a unos años, no sé si cuando lleve diez o veinte años trabajando seguiré con las mismas ganas que ahora, pero ojalá sea así, porque disfrutar con lo que haces es lo más bonito que existe y ojalá todo el mundo pudiera disfrutar de este privilegio. 

Espero que este blog os haya servido para algo, y si no, que por lo menos os entretuvieseis leyendo nuestras historias. Me alegro de haber compartido con vosotros esta experiencia.

Gracias por todo y feliz navidad!