martes, 15 de diciembre de 2015

Ups, cómo huele!

Desde luego hay cosas en nuestro trabajo que no son agradables. Está muy bien preparar la medicación, hacer las curas y pinchar vías, pero la enfermería también tiene su parte escatológica. La verdad es que en el primer año de carrera te lo dejan bastante claro, y a mí era una de las cosas que más me echaba para atrás a la hora de decidir si me gustaba o no esta profesión.
Ahora que lo he hecho obviamente sigue sin resultarme agradable, pero son cosas que hay que hacer y no es para tanto. 
Hablo por ejemplo de poner un enema. Mi compañera Esther ya ha hablado un poco de esto, pero yo me voy a extender un poco más.

Existen varios tipos de enemas, y son:
  • Enemas de limpieza, sirven para eliminar la materia fecal. Estimula el peristaltismo del colon y recto mediante su irritación o distensión al introducir el volumen de líquido.
  • Enemas lubricantes: lubrican las heces y las ablandan para facilitar su expulsión.
  • Enema terapéutico, se usa para administrar algún fármaco.
  • Enema diagnóstico, se administra una solución de bario para realizar alguna prueba diagnóstica.
Los que yo he visto usar hasta ahora han sido los dos primeros, porque existía una obstrucción de las heces que provocaba estreñimiento, y el terapéutico (lo hizo mi enfermera, así que no tengo ni la más remota idea de qué fármaco era, ni para qué), pero no he tenido la ocasión de colocar ninguno, y menos mal, porque lo de los olores no lo llevo demasiado bien todavía.

Pues bien, para poner un enema uno de los puntos importante es que el paciente se encuentre en decúbito lateral izquierdo o Sims izquierdo (tumbado hacia la izquierda, vaya), por la anatomía del intestino grueso, y si hay dificultad para introducir el enema, normalmente se usa una sonda rectal lubricada para introducirlo más profundamente (aprox. 7-10 cm).


Es una técnica algo desagradable, por los olores, y porque al retirar la sonda lo más probable es que salga acompañada de heces. Suele mancharse algo la cama, por eso se pone un salvacamas debajo, para evitar manchar lo máximo posible.