sábado, 19 de diciembre de 2015

Vida o muerte

Algo evidente en una unidad de cuidados paliativos es que tarde o temprano casi todos los pacientes terminan muriendo. Puede que no allí, puede que no en un mes, pero mueren.
Si están allí es porque padecen algún tipo de enfermedad que irreversiblemente les va a llevar a la muerte. Es triste, es desconsolador, pero es así.
Muchas veces te deprimes pensando en que el azar puede hacer que tus familiares, tus amigos o tú mismo acabes así. Pero la mañana es demasiado corta como pararse a pensar en esas cosas, así que lo dejas y sigues con lo tuyo.

A pesar de que sabes que los pacientes pueden morir en cualquier momento hay determinados signos que te indican que se acerca el momento. Durante su enfermedad sufren innumerables signos y síntomas, pero hay 3 específicamente que cuando aparecen juntos, simultáneamente, son indicativo de lo que a mí me gusta llamar TRIADA DE LA MUERTE PALIATIVA.

Pueden ser unos signos clínicos, que nos explicó amablemente el médico de la unidad, unos signos ambientales, que describo muy acertadamente yo, o un factor determinante que puede acelerarlo.



Primero los signos clínicos. Si lo piensas tienen bastante sentido. Primero la fiebre. Tener fiebre siempre indica que algo falla, no sabes qué puede ser, puede no ser nada grave, pero algo va mal.
Luego la anuria, o ausencia casi total de producción de orina. Esto es un indicativo evidente de que los riñones no están haciendo lo que deberían, y eso ya sí que supone un problema.
Por último tenemos la apnea, que no es más que la interrupción transitoria de la respiración, que se recupera después de unos instantes.

Por separado pueden ser incluso inofensivas, pero juntas son indicación importante de que los órganos están empezando a fallar. Y en un paciente paliativo eso ya es premonitorio.


Luego yo, en mi infinita sabiduría y experiencia, he descrito 3 signos que son indicativo de que al paciente en concreto no le espera más de una semana de vida. De momento es infalible.


El primer signo que aparece es en la medicación, más concretamente en si se les pauta o no un infusor. Un infusor es un instrumento que se utiliza para que se administre medicación de forma continua durante un periodo de tiempo que puede variar. En nuestro caso se cambian cada 24 horas. En ellos se administra la morfina, junto con otros sedantes, analgésicos, antipsicóticos, diuréticos... todo ello diluido en suero para que el efecto no sea tan drástico.


El segundo signo en aparecer es la mudez, o la incapacidad de comunicarse verbalmente. Porque no pueden, no tienen fuerza o no están conscientes para hacerlo, la cuestión es que dejan de hablar. Y eso ya es importante.

El último signo, fundamental, drástico, trascendental, es el determinante de la situación que se avecina. Es, efectivamente, el cambio de habitación.
Dado el nivel de gravedad que implica algunos pacientes pasan directamente al fallecimiento sin sufrir el cambio de habitación.
Bueno lo explico porque suena un poco absurdo.
Las habitaciones del hospital son casi todas dobles, así que tanto pacientes como familiares comparten habitación. Ya es malo perder a un familiar en un hospital, pero tener que hacerlo con un paciente y su familia al lado es bastante incómodo. Más aún si el paciente de al lado está consciente y se entera de que su compañero acaba de morir. Tener que ver como lo pasan por delante suya... un poco raro, vaya.

Así que el cambio de habitación generalmente (no siempre) implica que el paciente va a fallecer próximamente y se le mueve a una habitación individual (si las hay disponibles) para que tenga más intimidad y sea menos incómodo para las otras familias y pacientes.

Así que cuando ves a un paciente que está siendo trasladado a una habitación individual ya sabes lo que le espera. Tú y todo el personal. Así que todos lo miran y piensan lo mismo. Es básicamente el paseo de la muerte.

Aunque estos signos suelen aparecer en una triada para ser definitorios, el más importante de ellos es el cambio de habitación, que puede ocurrir sin que los otros hayan tenido lugar, y tiene el mismo o más significado.

Pero al margen de estas dos triadas, existe algo que puede ser fatal para los pacientes. Algo mucho más horrible, grave y premonitorio. Se trata de la visita del "Ángel de la muerte".


No es superstición, ni espiritismos ni nada parecido.
Emulando a los sucesos de Anatomía de Grey, tenemos a nuestro propio 007 (licencia para matar) de la planta. Eso si es caché.
Se parece a estas noticias que hablan de gatos que entran en la habitación de un paciente que va a morir próximamente.
Nuestro Ángel de la muerte hace lo opuesto: su presencia en la habitación de un paciente desencadena la muerte de este. No es nada que haga o deje de hacer. Su mera presencia es suficiente. Incluso va por los pasillos con una capa negra y una guadaña. Bueno esto último es mentira (no como todo lo demás). Hay que decir que el vacile es importante.

Dejando de lado el humor es realmente impactante cuando tras pasar varias semanas en el hospital ves como los pacientes sufren un empeoramiento repentino y, pasando por las mismas etapas, llegan a su irremediable destino.