lunes, 30 de noviembre de 2015

Infiltraciones: ese gran olvidado de trauma

Debo deciros que este tema me resultó bastante interesante, porque al llegar allí no sabía de su práctica y, menos aún, lo efectiva que era.

La definición general de infiltrar es: introducir un medicamento con una jeringa en una zona del cuerpo. En este caso la zona a tratar son las articulaciones, por lo que debemos considerar las infiltraciones como una parte del trabajo de las consultas de traumatología.

Su mayor ventaja es que tienen un efecto muy rápido y, prácticamente al día siguiente, su efecto es notable, ya que esto fue lo que nos dijeron las personas que volvían a infiltrarse la articulación, por decirlo de alguna manera, “defectuosa”. Es recomendable justo después de la inyección mover un poco la articulación para que el líquido se extienda por toda la cavidad y tenga una mayor efectividad.

La duración varía dependiendo de la sustancia proporcionada, si lo infiltrado son corticoides (en mi experiencia personal, Celestone) tiene una duración media de 6 meses, mientras que si es ácido hialurónico, puede durar hasta 1 año. A pesar de esto, existen casos extraños en los que su efectividad es muy baja o nula aunque se sigan realizando infiltraciones, y por eso no deben realizarse más de 3 al año (en algunos sitios se dice que 4), ya que si en estos casos la articulación no mejora, la siguiente dosis será muy poco probable que le resuelva el problema.

Un mito bastante extendido es que son dolorosas, pero la realidad es que de todos los pacientes que tuvimos, solamente a 1 le resultó una intervención dolorosa, ya que el malestar era debido a una tendinitis en el hombro, y resulta doloroso introducir una aguja con el músculo en esas condiciones. Sin embargo sí se presenta el riesgo de la rotura de tendones si se infiltra directamente en ellos, por eso los “tejidos diana” son zonas en las que se pueda acceder sin riesgo a la cavidad de la articulación.


Generalmente son personas ancianas las que necesitan este tratamiento, y las articulaciones más propensas a recibirlo son rodillas, debido a que son una importante articulación de carga, aunque también las realizamos en hombro, cadera y tobillo (seguramente vengan más personas con diferentes articulaciones que la necesiten, pero en mi temporada en trauma eso fue lo que vi).